Christine de Pizán, la primera mujer escritora de éxito ¡en la Edad Media!
“Queremos sacarte de esa ignorancia que te ciega hasta tal punto que rechazas lo que sabes con toda certeza para adoptar una opinión en la que no crees, porque solo está fundada sobre los prejuicios de los demás”.
¿Verdad que parece una frase cuqui sacada de Instagram o de un libro de autoayuda? Pues pertenece a Christine de Pizan, la primera escritora profesional de la Historia. Que resulta que nació en Venecia… ¡en 1364!
Probablemente nunca has oído hablar de ella, pues es una más de tantas mujeres olvidadas por los libros de Historia, a pesar de que fue una pionera del feminismo y la primera mujer escritora que logró vivir de sus libros.
Así que te voy a contar su historia.
La primera escritora profesional de la Historia
Christine tenía cuatro años cuando su familia se trasladó a Francia, pues el rey Carlos V reclamaba la presencia del padre. Este, que se llamaba Tomasso, fue asesor, médico y astrónomo personal del monarca. Christine lo adoraba y quería saber tanto como él. Algo que disgustaba mucho a su madre…
Tomasso enseñó a la pequeña latín, teología, filosofía y ciencias. Era algo tan insólito para la época como lo que vino a continuación: un matrimonio por amor a los 15 años (lo normal en su época) con el secretario del rey.
Resulta que su esposo no solo la amaba, sino que también la animó a seguir estudiando y escribiendo. Y así, la joven Christine fue muy feliz compaginando la escritura con la crianza, pues era madre de tres hijos.
Esta etapa idílica terminó cuando la muerte se llevó al rey Carlos, a su padre y a su marido. Con solo 25 años, Christine se encontró viuda y desprotegida, y obligada a mantener a sus hijos, una sobrina acogida y su madre. Lo habitual por aquel entonces era casarse de nuevo, pero ella decidió sacar adelante a su familia haciendo lo que más le gustaba: escribir.
Mientras tanto, luchó duramente en los tribunales de París reclamando el patrimonio que había sido propiedad de su marido. A cambio solo recibía burlas y desprecio. “Todavía recuerdo cada ocasión que pasé en aquellas salas, cómo aquellas gentes, llenas de vino y de grasa, se burlaban de mis pretensiones”, escribió al terminar aquella humillación.
Sus poemas y canciones tuvieron mucho éxito entre los nobles medievales, y Christine recibió el encargo de escribir una elegía de Carlos V con la que logró una enorme popularidad. Así, la joven logró vivir de su trabajo como escritora y mantener a su familia.
Pronto utilizó la pluma para expresar sus ideas sobre política, filosofía o moral. Era una mujer recta que abogaba por el cultivo de la razón y la virtud, y alertaba contra el miedo y la ignorancia.
Christine de Pizán y “La ciudad de las damas”
Pero, sobre todo, Christine de Pizan fue una apasionada feminista. En 1405 publicó su autobiografía, La visión de Christine, y también su libro más conocido, La ciudad de las damas.
En él recopiló biografías ejemplares de mujeres notables y criticó duramente la misoginia que impregnaba la sociedad medieval, mientras imaginaba la construcción de una ciudad ideada y gobernada por mujeres.
Y es que le asombraba la cantidad de filósofos, escritores o políticos que habían plasmado sus ideas denigrantes sobre las mujeres. “Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados. No hay texto que esté exento de misoginia”, reflexionó cuando, harta, decidió denunciar públicamente la misoginia de los círculos universitarios, que obligaban a los estudiantes a leer libros que proclamaban la inferioridad de las mujeres.
Ella pensaba que si las mujeres hubieran escrito los libros y la Historia, la visión acerca del sexo femenino sería muy distinta. Era imprescindible contribuir a que otras mujeres aprendieran a mirarse al espejo y conocerse a sí mismas, dejando de identificarse con la visión que los hombres tenían de ellas. Así lo hizo ella misma cuando se dio cuenta de que “había llegado a fiarme más del juicio ajeno que de lo que sentía y sabía en mi ser de mujer”.
Escritora y experta en “márketing medieval”
Christine de Pizan no solo tenía éxito escribiendo sus libros, sino que se implicaba a fondo en el proceso de producción, y contaba con un taller de miniaturistas propio que ilustraba sus obras siguiendo sus indicaciones. Además, ella misma difundía y vendía sus libros a los aristócratas, por lo que también fue pionera al ser escritora y experta en “márketing… aunque fuera un márketing medieval..
Como te puedes imaginar, sus reivindicaciones levantaron ampollas entre muchos hombres poderosos que no estaban dispuestos a renunciar a sus privilegios. Christine defendió sus ideas con todas sus fuerzas, pero llegó un momento en que perdió las ganas de luchar y de escribir. Entonces se trasladó al convento de Poissy, donde su hija se había retirado al hacerse monja. Ya no le quedaba más familia y no tenía ganas de escribir.
Juana de Arco, su última inspiración
Pero entonces llegó a sus oídos una noticia asombrosa. Una joven de 16 años había liberado la ciudad de Orleans en ocho días, tras un duro asedio de siete meses en medio de la cruenta Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra. Aquella proeza hizo que la llama volviera a arder, y Christine corrió a escribir su Canción en honor a Juana de Arco (1429), que sería su última obra y también su última alegría.
Juana le había demostrado que tenía razón: las mujeres podían ser capaces de llegar donde quisieran, si se eliminaban los muros levantados por la sociedad patriarcal.
Christine de Pizan murió en 1430 en el monasterio, con 66 años. Como te puedes imaginar, su obra cayó en el olvido durante siglos, pero fue felizmente recuperada por la escritora francesa Louise de Kéralio en la época de la Revolución Francesa (siglo XVIII) y por suerte se conservan casi 40 de sus libros. Muchos otros se perdieron, pero perdura su mensaje, tan necesario como desgraciadamente vigente:
“La excelencia o la inferioridad de los seres no residen en sus cuerpos según el sexo, sino en la perfección de sus conductas o virtudes”.
¿Conocías la historia de esta escritora? ¿Te ha resultado interesante?
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