20 consejos que funcionan para fomentar la lectura en niños pequeños
¿Tienes hijos y andas buscando consejos para fomentar la lectura en niños pequeños y conseguir que se enamoren de los libros tanto como tú? ¡Me encanta!
Aunque… ¿Te pasa que, por otro lado, también temes que tu criatura se enganche a las pantallas y se convierta en uno de esos niños que nunca abren un libro? ¡Te entiendo!
A mí también me ocurre a veces, pero ¿sabes? He aprendido que cuando algo te gusta tanto como a mí leer, se transmite solo y sin esfuerzo. Ya sabes, ellos son esponjas y se dan cuenta de todo. Así que lograr que tus hijos disfruten de la lectura no va a ser algo que te cueste muchísimo, porque es algo que a ti te encanta y es muy probable es que tus hijos sigan tu ejemplo.
Tips para conseguir que tus hijos pequeños amen los libros
Aun así, te voy a contar cómo lo hago yo, que soy escritora y mamá de una niña de 6 años que adora los libros. De hecho he escrito varios recopilatorios de cuentos cortos. Mar y yo hemos contado algunos en mis redes sociales, como este que puedes ver a continuación:
Estos “trucos” te ayudarán a sembrar el amor por la lectura en tus niños:
Léele desde siempre
Como te puedes imaginar, durante mi embarazo leía más que ahora. Recuerdo el verano que estaba de cinco meses y por las tardes me iba a la piscina de la urbanización con mi Kindle y mi tumbona. Mi hermano me decía: “Disfruta, que es la última vez” (y yo pensaba: “Qué exagerado”. Ay, cuánta razón tenía). El caso es que a veces le leía en voz alta a mi niña cuando estaba en mi barriga.
Y le leía cuando nació. Y especialmente cuando cumplió los 5 o 6 meses y aprendió a sentarse. Dejaba a su alcance cuentos blanditos, de telas o colores llamativos, musicales o con pop ups (pero no de esos escandalosos con pilas que no me gustan nada) y se los leía una y otra vez poniendo voces tontas y haciendo muchos aspavientos. Y mi hija se quedaba fascinada.
Ten libros por todas partes
Cuando mi hija era bebé tenía cuentos “normales” y cuentos de bañera. También una buena colección de álbumes ilustrados que no eran para bebés, pero los dejaba a su alcance o se los leía, y ella disfrutaba mucho mirando los dibujos o apreciando mi entusiasmo. Porque, de hecho, eran libros que compraba para mí (la ilustración infantil es mi segunda pasión tras la escritura).
Ahora, Mar tiene una estantería repleta de libros en su cuarto (Y, por supuesto, yo tengo la mía). Ocupa poco espacio y su contenido es un tesoro.
Monta un rincón de lectura
Siempre quise tener un lugar especial para colocar los libros de mi hija, con uno de esos especieros de Ikea que la gente usa como librerías. Y por fin he podido montar una “biblioteca exterior” o rincón de lectura en el patio, con los especieros y una hamaca. Mira, este es. ¿Te gusta?
Cada ciertos días le pongo cuentos nuevos. Por ejemplo, elijo alguno con muy pocas letras para que se anime a leerlo sola. O cojo alguno de la estantería de su cuarto que lleva mucho tiempo “escondido” y lo pongo bien a la vista. Y así, ella ha adoptado el hábito de llegar del colegio y sentarse en su hamaca a leer un rato.
Compra libros de segunda mano
Soy muy fan de las tiendas online de libros de segunda mano. En especial, de Iberlibro, donde he comprado novelas infantiles algo pasadas de moda que están en muy buen estado y cuestan la mitad o menos que las nuevas.
También compro muchos álbumes ilustrados, tanto en español como en inglés. En el mercado anglosajón hay auténticas joyas que a menudo son baratísimas. Cuando mi hija no sabía leer, me daba igual que estuvieran escritos en otro idioma. Y ahora que está empezando, le pueden servir para familiarizarse con el inglés.
Introduce la lectura como un juego más
Lleva siempre algún cuento pequeño en el bolso y ofréceselo como entretenimiento cuando estéis esperando en la consulta de la pediatra o en el restaurante. Es más fácil dejarle el móvil (y sí, yo también lo hago cuando estoy cansada o estresada), pero ¿por qué no aprovechar el momento para introducir un hábito mucho más saludable que quedarse embobada frente a una pantalla? Además, ya que a ti te gusta leer, podéis disfrutar de un bonito rato de conexión madre-hija.
Visitad la biblioteca
Para leer muchos libros no hace falta gastar demasiado dinero. Uno de mis planes favoritos desde que era adolescente es ir a la biblioteca. Busca un ratito tranquilo para ir con tus hijos, ya sea una vez a la semana o una al mes, y pasar un rato leyendo libros en la sala antes de llevaros algunos a casa. Con 2 años, mi hija adoraba este plan y yo también porque en la biblioteca a la que íbamos había maravillas.
También es cierto que ahora prefiere que le compre los libros porque le da pena tener que devolverlos…
Compra un libro al mes
Se trata de que tus hijos no vean siempre los mismos. No tienen que ser libros carísimos. Recuerda que hay tiendas online de segunda mano y también librerías de viejo o mercadillos. La novedad incita a abrir el libro. También podéis organizar el plan de pasar la tarde en alguna librería preciosa donde os dejen hojear las novedades o escuchar a un buen cuentacuentos. Son maneras sencillas y preciosas de sembrar el amor por los libros.
Háblale de tus libros favoritos cuando eras pequeña
Muestrales tus ejemplares antiguos cuando visitéis a los abuelos, cuéntales de qué van, explícales por qué te fascinaban… ¡Contágiales tu pasión! A ellos les encantará escuchar la historia de por qué te gustaban tanto esas historias a su edad.
Yo, por ejemplo, amaba una novelita titulada “Vacaciones en Suecia” y hasta coloreaba las ilustraciones y luego dibujaba casas inspiradas en la granja donde viven los niños de la novela. Y tengo dos ejemplares, porque creí que había perdido el de mi infancia y compré otro (luego apareció, con las hojas despegadas de tanto leerlo).
Respeta sus gustos
Tal vez pienses que tu hijo tiene que leer un libro que a ti te parece maravilloso o tu favorito de la infancia… Y resulta que vais a la librería y él elige el típico cuento que es un resumen de la última peli de Disney. Uffff… me ha pasado. A mi hija también le gustan. Claro que yo prefiero otros más poéticos pero… es mejor que elijan por sí mismos.
Cuéntale la historia detrás del libro o del autor
Roald Dahl vivió en un internado, Astrid Lindgren vio rechazada su Pippi Calzaslargas por ser demasiado subversiva, Beatrix Potter autopublicó sus libros de Perico el conejo porque nadie los quería… Si indagas un poco sobre los autores, puedes conseguir que tu hija sienta curiosidad por algo más allá de la historia e incluso se identifique con esa persona que fue capaz de crear un mundo maravilloso.
Adapta el lenguaje
Cuando son pequeños y no saben leer, puedes echarle un poco de exceso de imaginación y cambiar las palabras demasiado complicadas por otras que ellos conocen.
Progresivamente, puedes ir introduciendo términos más complejos. Si la historia les atrapa, te preguntarán qué significa esa palabra que no entienden y estarán ampliando su vocabulario sin darse ni cuenta.
Haz un teatrillo
No leas el libro con voz monótona. Pasa de la vergüenza y pon voces distintas para cada personaje, cambia el tono según la historia se ponga triste, alegre o misteriosa, haz aspavientos, muévete… En definitiva, haz un teatrillo. A ellos les parecerás maravillosa. Y tú podrás superar tu sentido del ridículo y hasta hacerle un corte de mangas al miedo al fracaso.
Lee textos cortos
Rimas, poemas infantiles, letras de canciones o adivinanzas sencillas son textos fáciles de seguir porque tienen un ritmo musical y repetitivo que gusta mucho a los niños pequeños y atrapa su curiosidad más fácilmente que un texto largo.
Léele el libro entero sin miedo
Si a tu hijo le gusta una historia que conoce de una serie o película basada en una novela, atrévete con el libro entero aunque tenga pocas ilustraciones. Yo le he leído a Mar Mujercitas, Heidi, Pippi y Matilda varias veces. Por supuesto que hay capítulos que acorto y partes que directamente me las salto, pero te aseguro que mantiene la atención hasta el final (y siempre me pide “un capítulo más”).
Lee tú y deja que te vea
Vale, esto es ciencia ficción cuando tus niños empiezan a sentarse y no digamos a andar, pero siempre hay un ratito. Bueno, siempre no, pero hay que intentarlo. Yo leo en la cama mientras mi hija se duerme a mi lado. También me llevo un libro en el bolso cuando vamos al parque y, si juega con alguna niña, a veces puedo leer un rato.
Bueno, creo que una vez lo conseguí durante dos minutos.
Cread el hábito de lectura
Ya sabes, leer todos los días un ratito. Puede ser el típico momento de antes de dormir pero también podría ser después de comer o a mitad de la tarde cuando vuelven del parque y están un poco pasados de rosca. O durante el baño, antes de cenar. El caso es que os apetezca. Durante años, yo le he leído a mi hija mientras comíamos a mediodía. Llegó un momento en que me cansé y dejé de hacerlo. Temía que no me pidiera más cuentos pero… eso no ha ocurrido.
Lee en papel y en digital
El papel es lo mejor y más cuando se trata de preciosos cuentos infantiles, pero creo que no hay que tenerle miedo a la pantalla. Hay cuentos interactivos muy interesantes y cuentacuentos tan fantásticos como los del canal de Kalandraka TV, esa editorial que siempre publica libros maravillosos.
Lo que personalmente no me ha gustado nunca son los cuentos ruidosos para los bebés que tienen que tocar un botón y se iluminan luces estresantes.
Cuando son muy pequeños, elige tú la biblioteca
A mí me gustan los clásicos con sus mensajes políticamente incorrectos. Son cuentos con distintos niveles de lectura y que utilizan la simbología y las metáforas de tal modo que penetran en el subconsciente. En mi casa no se censuran.
Eso sí, me gusta combinarlos con otros más actuales y también algunos cuentos sobre valores y emociones tan de moda hoy en día. Estos últimos no siempre me entusiasman, porque creo que la buena literatura debe contar historias y no servir de excusa para decirles a los niños cómo se deben comportar. Pero en fin, algunos están muy bien.
No uses la lectura como premio o castigo
Personalmente creo que ya es suficiente castigo que les obliguen a leer en el cole o a contestar a nosecuántas preguntas sobre lo que han leído. Para mí la lectura no es una tarea sino un placer y un regalo para las mentes infantiles, porque desarrolla su imaginación y su creatividad, porque amplía su lenguaje y enriquece su concepción del mundo.
Además, hay muchas actividades que se pueden hacer en torno a un libro. Puedes ver con ellos una peli basada en una novela que les encante (o leerles el libro después de ver la peli, dibujar a su personaje favorito, visitar la casa museo de un escritor o una exposición…
Nunca obligues a leer
Lo he dejado para el final pero seguramente sea el punto más importante. A mi hija nunca la han obligado a leer porque aún es muy pequeña. Este año empezó Primaria en una escuela alternativa que respeta los ritmos y donde no existe el concepto de “lectura obligatoria” ni de “hay que leer en casa todos los días por lo menos diecisiete minutos y medio”.
Yo nunca jamás le he obligado a leer ni le he soltado un discurso sobre todas las bondades de la lectura. Porque convierte algo placentero en un auténtico rollo, una tarea impuesta desde fuera que se carga toda la diversión. Yo era una friki de la lectura que disfrutó con el Quijote en el instituto pero, francamente, imponer su lectura me parece la peor manera de fomentar el amor por los libros y no me extraña que muchos chicos los aborrezcan. Aunque no sé si se sigue imponiendo el Quijote en la era del Tik Tok. Pero, en fin, esa es otra historia.
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