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Cómo escribir un libro… con los niños en casa

 

Si tecleas en Google: «cómo escribir un libro con los niños en casa» (o sea, el título de este post) encontrarás montones de artículos llenitos de ideas para enseñar a tus pequeñines a leer y escribir.

Y vale que todo lo que ayude a sembrar el amor por la lectura entre los peques es maravilloso. Pero me sorprende que haya tantas entradas cuando esas cosas se suelen aprender en el cole. Debe de ser que:

  1. El mundo se ha llenado de homeschoolers
  2. Los coles no lo enseñan bien y la tarea recae sobre las madres (¡otra más, yupi!)
  3. No existen las madres que quieren escribir libros, con o sin niños en casa. Solo las que están deseando que llegue el final de otro día agotador para dedicar sus últimas reservas de energía a enseñar a leer y escribir a sus vástagos. 

A menudo tengo la sospecha de que la respuesta correcta es la 3. Me ocurre cuando hago búsquedas en Google relacionadas con la escritura y la maternidad. Por ejemplo: «escritura creativa para madres», «escritura para madres» o «madres creativas».

¿Sabes que he encontrado? 

Te voy a hacer un resumen de las principales búsquedas: «dedicatorias para el día de la madre», «versículos bíblicos para madres», «ideas de regalos para el día de la madre», «escritura creativa para niños», «cómo hacer gnomos de Navidad», «manualidades para San Valentín» o una que me ha dejado perpleja: «reciclar toallas viejas». 

Como si una madre no pudiera dedicarse a escribir o ser creativa para su propio crecimiento y disfrute. He encontrado más entradas sobre «escritura creativa para niños» que para las propias madres. 

Entonces me desespero y me digo que voy a dejar de escribir este blog que no interesa a nadie. 

Pero luego lo pienso mejor y decido que, si yo soy madre y escritora, tiene que haber otras como yo. 

Y también tiene que haber muchas mamás que quieren escribir sus libros, pero no saben cómo hacerlo con los niños en casa. Por ejemplo, durante las vacaciones de verano. 

¿Te sientes identificada?

Escribir un libro cuando tus niños están de vacaciones… ¡es posible!

Entonces me creerás si te digo que yo me paso el mes de junio temiendo que lleguen los ¡más de 80! días de vacaciones con mi niña en casa. Más aun teniendo en cuenta que estamos las dos solas entre semana (su papá trabaja en otra ciudad), no tenemos familia alrededor ni presupuesto para llevarla a campamentos de verano todos los días (tampoco es que a ella le entusiasme la idea, todo hay que decirlo). 

Sin embargo, el verano pasado me llevé una sorpresa. 

Y es que descubrí que, en cuanto mi hija cambió el horario (lo típico que ocurre cuando el cole ha terminado hace una o dos semanas y ella ha trasnochado un par de veces) y empezó a levantarse tarde, encontré unas horas preciosas para escribir: las primeras de la mañana. Esas mismas dos horas que durante el curso escolar empleo en preparar desayunos, llevarla al cole (20 minutos en coche…. y otros 20 de vuelta), parar en el super, regresar a casa, planificar la comida y empezar a centrarme. 

Pero cuando puedo prescindir de todo eso y me levanto pronto, me encuentro con el entorno de mis sueños. La casa en silencio, el sol calentando sin achicharrar, los pajaritos trinando… El paraíso en casa. 

Así es como escribí en verano de 2021 mi libro Mamá escribe (Cómo desatar tu creatividad y escribir un libro cuando eres madre), en el que cuento todos mis trucos para compaginar crianza y escritura. Y en el momento de redactar este post, que es en el verano de 2022, estoy escribiendo el borrador de una nueva novela. Lo cual me aporta una sensación de alegría y serenidad que compensan otros aspectos no tan agradables, como el pasar muchísimas hora con mi hija (cosa que me encanta, pero también me satura) o el no poder irnos de vacaciones.  

También es cierto que no puedo escribir todos los días. Hay mañanas en que mi hija se despierta muy temprano aunque yo creo que va a dormir hasta mediodía. ¡Ah, qué rabia siento cuando escucho ese “Mamáaaaaaa” a las 9 de la mañana! 

Luego están los días en los que ella se pone malita y duerme fatal, con lo cual yo también, y luego no tengo ganas de madrugar ni de escribir. Y hay bastantes ocasiones en que tengo demasiadas cosas que hacer, como asuntos domésticos o el resto de tareas que conlleva el trabajo de escritora: crear contenido para este blog y las redes sociales, responder mensajes o escribir libros por encargo. 

Es verdad que yo cuento con la ventaja de que trabajo en casa, y por eso puedo escribir por las mañanas. Pero si tú tienes que ir a la oficina, no significa que no puedas escribir, sino que tienes que encontrar tu manera. 

5 tips que funcionan para escribir un libro cuando eres madre 

Aquí te dejo algunos de mis trucos favoritos para escribir libros cuando eres mamá de niños pequeños. 

Escribe media hora al día (si no puedes dedicarle más).

Puede ser antes de salir de casa, en la pausa para el desayuno o el almuerzo o por la noche (si te quedan energías). Sé que ahora mismo 30 minutos te parecerá muy poco, pero si empiezas a escribir te sorprenderá de lo que pueden llegar a cundir. En cualquier caso, es mejor que nada, ¿no?

Escribe sin censura

 El secreto para avanzar cuando estás dando a luz a un libro está en escribir sin corregir. Primero solo vuelca tus ideas sobre la página en un borrador. En una segunda ronda ya lo ordenarás todo y será mucho más fácil cortar, pegar, añadir, cambiar y ordenar.  

Escribe mientras juegan

Si tienes una sola criatura y además tienes la suerte de que se entretiene sola (yo no la tengo), acostúmbrala a que, mientras ella juega, tú escribes. Puedes decirle que escribir es tu manera de jugar, porque te divierte mucho. Si tienes varios hijos, y resulta que se llevan bien, lo mismo. Pero si tus peques no juegan solos y te reclaman sin parar… entonces ponles una peli o programa una hora de dibujos. O dos. Aunque te tengas que trabajar el sentimiento de culpa. 

Escribe mientras tu pareja se ocupa de ellos

Quien dice pareja dice los abuelos, la tía o los vecinos (hoy por ti, mañana por mí). Esto tal vez no sea posible en casa, porque no tienes lo que Virginia Woolf llamaba una habitación propia, pero siempre puedes llevarte el portátil a un café, a la biblioteca o al bar de un hotel (mi sitio favorito). 

Escribe en lugar de dedicar el tiempo a las tareas domésticas

Procura agruparlas para hacerlas en bloque y en el menor tiempo posible. Por ejemplo, haz batch cooking una vez a la semana para tener listos los menús de los siguientes tres, cinco o siete días. O deja las tareas tediosas pero sencillas, como ordenar el salón o hacer las camas, para los momentos en que tus hijos están presentes en vez de hacerlas cuando estás sola y puedes escribir sin interrupciones. 

Si no puedes sola, busca ayuda de una mentora

Escribir un libro es una tarea que se logra paso a paso, y que puede estar sembrada de muchos obstáculos e imprevistos en el camino. Pero cuando lo consigas sentirás una satisfacción de las que ensanchan el corazón (en eso no se diferencia mucho de la maternidad, ¿verdad?) 

Y sí, por ahí hay escritoras que publican libros como churros. Pero eso no significa que sean buenos ni que tú tengas que correr a imitarlas. Cada una tenemos nuestro ritmo y circunstancias. A lo mejor ellas disponen de un montón de tiempo libre y tú no. 

Si no quieres emprender la aventura sola, te recuerdo que puedo acompañarte en el proceso a través de mis sesiones creativas y mentorías individuales. Escríbeme y cuéntame tu caso para que podamos buscar juntas la manera. Y ya verás que, si yo puedo, ¡tú también!

¿Cuál es tu mayor dificultad para ponerte a escribir con tus hijos en casa? 

 

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